La herramienta sargento es un útil imprescindible en muchas profesiones (sobre todo en carpintería). Está compuesto por una estructura con 2 mordazas que se pueden regular con un tornillo. Cuando lo giramos, uno de los dos extremos ejercerá una determinada presión sobre la pieza que se quiere sujetar (usualmente una pieza de madera), manteniéndose en la posición deseada.
Los sargentos son una buena opción para sujetar piezas que se van a mecanizar (de metal), o aquellas que se van a encolar (de madera).
Choca un poco el curioso nombre que tiene la herramienta, pero lo cierto es que tiene una explicación lógica. El propio nombre viene del francés y significa Serre-joint; si intentamos pronunciarlo en castellano diremos algo cómo sergeant (que nos recuerda a la palabra sargento).
También sargentos que presentan las dos mandíbulas ajustables, o incluso otros modelos que las dos mandíbulas forman una pieza fija en relación con la guía.
Los modelos de las dos mandíbulas ajustables se fijarán gracias a la presencia de un tope de retención, con un mecanismo de freno o por apalancamiento sobre la guía.
Tipos de sargento
Los sargentos son un tipo de herramienta pequeña, fabricados en material metal y siguiendo una forma que nos recordará a una ‘C’ (es por ello, por lo que también se les conoce cómo Prensa C o cómo prensa G.
Si estamos hablando de un sargento grande, este recibirá el nombre de tornillo de apriete.
Vamos a investigar sobre los diferentes tipos de sargentos que existen:
- Sargento común: Es el tipo de sargento más habitual que encontraremos. La guía está formada por una única pieza, con una forma que nos recordará a una ‘U’. Lo más habitual es que se fabrique en material acero forjado, y que uno de los extremos tenga un pequeño tornillo que se usará para conseguir la presión en la pieza en relación con el otro extremo. Podemos encontrarlos en distintos tamaños y con diferentes profundidades de presión.
- Sargento de apriete rápido: Tienen una mandíbula ajustable (que suele ser la que lleva el tornillo fijador), por lo que nos permite trabajar a mayor velocidad en comparación con cualquier otro modelo. Debido a lo práctico que resulta, y al tiempo que nos podemos ahorrar, es uno de los modelos más utilizados.
- Sargento semiautomático: Han evolucionado de los sargentos de apriete rápido y son muy ergonómicos y fáciles de usar (y es que se pueden utilizar con tan sólo una mano). Llevan un mecanismo de cremallera que facilitará la sujeción o el hecho de soltar la pieza cuando ya hayamos terminado con ella. Este sistema hace que el precio de esta herramienta sargento se algo elevado.
- Sargento de leva: Se caracterizan por llevar una leva situada en la mandíbula ajustable. Cuando la giramos se conseguirá la presión sobre la pieza. Si buscas un sargento para madera, este es el modelo que deberías de compra.
- Sargento para cantos: Es un sargento común pero con la mejor de tener un tornillo regulador dispuesto de forma perpendicular. Son perfectos para colocar un cubrecanto en un tablero curvo, ya que será el único modelo que se adapte a esta función.
- Sargento de ingletes: Es una herramienta compuesta por dos mordazas unidas de manera perpendicular. Se suele emplear para hacer trabajo de encolados, entre otras funciones.
- Sargento de cárcel: Tiene un mecanismo de doble husillo que ayuda a que las mandíbulas se puedan adaptar a diferentes ángulos.
Estudia todos estos tipos de sargentos, ten en cuenta el trabajo que vas a hacer y te será fácil elegir el idóneo para ti.